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Sexualidad

La cama es el termómetro de la relación

pasionUna de las situaciones que encuentro más comúnmente en terapia son personas con graves problemas en su relación de pareja que llegan a consulta preocupados por lo que consideran como un problema sexual

Hay dos tendencias que influyen en que las parejas confundan sus problemas de pareja con un problema meramente sexual. Por una parte, están las personas que creen que la vida sexual esta desligada del resto de los aspectos de la relación. Es decir, parejas que se ofenden, se ignoran y se descuidan mutuamente no pueden comprender porque, luego, no tiene ganas de hacer el amor. La relación es un continuo y la cama es solo un termómetro que nos dice como estamos en general. Y es que, de todo lo que pasa en el sexo, el deseo es la parte más emocional.  Cualquier resentimiento nos puede dejar apagados.

Generalmente nos resentimos por tres razones:

  1. Que tu compañero es afectivo (es decir, te da abrazos, besos, te dice que linda que estás, que te quiere, etc.)  sólo cuando quiere sexo.
  2. Cuando la comunicación está mal y por lo tanto la pareja tiende a dejar los conflictos sin resolver o las soluciones a las que llegan no satisface a una de las partes (de aquí nacen los resentimientos)
  3. También existe la posibilidad de que el resentimiento haya tocado lo más importante y la pareja ya no sienta amor, romance o proximidad emocional.

Como vemos, si estamos heridas, resentidas, insatisfechas, pues es normal y comprensible que no tengamos ganas.

En el otro extremo, están las personas que creen que la cama todo lo cura y pretenden resolver problemas graves con un  revolcón y que la pasión lo cure todo. Cuando la pareja tiene problemas de fondo, no podemos esperar que desaparezcan mágicamente, como si el sexo pudiera ser usado como pomada, remedio superficial a diferencias, roces  y conflictos que tienen causas profundas.

La fórmula mágica de hoy en día parece ser “cómprese algo sexy (la lipo no le vendría mal tampoco, nunca se está suficientemente flaca) para avivar la llama de la pasión y vivirá feliz para siempre”.  Cuando la relación esta tan dañada, no podemos confiar en soluciones ligeras. La solución debe ser profunda, resolver los conflictos, atender los resentimientos, promover la  comunicación, la afectividad, el respeto. Sólo después de este proceso de sanación, el deseo volverá.

Y no estoy menospreciando el valor de una buena vida sexual en mantener el engranaje de la relación o los beneficios de un buen sexo de reconciliación para limar asperezas y renovar los votos de intimidad, complicidad y amor. Pero antes de llegar ahí, hablen (y tal vez mas importante, ESCUCHENCE), resuelvan los problemas de raíz. Si sienten que solos no pueden y sienten que la necesitan, busquen ayuda profesional.

¿Qué es lo que te está quitando las ganas?

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Por Ana Salgado

Psicóloga clínica especialista en terapia sexual y de parejas formada en la prestigiosa Universidad de Barcelona.
Divide su tiempo entre su práctica clínica, conferencias y su labor como columnista y bloguera.
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