Como decía en el artículo anterior, ser “la otra” es una decisión. Y como tal, tiene consecuencias. Algunas son:
Si te quedás como “la otra”:
- No puedo tener una relación estable y formal: En este sentido es importante revisar la coherencia de mi vida. Hay personas que no quieren eso y que les va muy bien ser la otra.
Entonces está bien. Sin embargo, si yo digo que quiero una relación estable, libre, una familia feliz pero sólo establezco relaciones con hombres comprometidos, me alejo de lo que digo que quiero, y es ahí donde el balance entre el sufrimiento y el placer que me causa la relación se vuelve negativo.
- No soy la prioridad: Porque el compromiso principal está con otra persona y por tanto siempre hay alguien más a la hora que él decida cómo distribuir sus recursos (energía, tiempo, dinero, sexo, etc.). Y no puedo exigirlo porque la naturaleza de la relación no me da el derecho de hacerlo.
Si la relación se “oficializa”:
- Probablemente su familia no va a quererte: Es difícil para las familias aceptar a alguien que ha causado daño a las familias. Los hijos pueden no quererte porque sientan que sos la causante del sufrimiento de su madre y de ellos mismos, que su familia se desunió por tu culpa (sea eso así o no) y el resto de la familia podría sentirse solidaria con la esposa anterior. Adicionalmente, existen una serie de prejuicios asociados a ser “la querida” que son difíciles de olvidar y que obstaculizan tu integración a la familia. Basados en estos la familia podría juzgarte de mala manera (como oportunista, mala persona, inmoral, etc.)
- Discriminación por parte de las esposas: desde su madre, hermanas, cuñadas, hasta las esposas de sus amigos. Esto porque se crea una suerte de alianza entre esposas contra “las queridas” por el peligro constante que significan para ellas y sus matrimonios. Se crea la fantasía de que si lo hizo con el esposo de otra, lo puede hacer con el mío.
Sí y sólo sí yo estoy dispuesta a asumir estas consecuencias sin quejarme, feliz con lo que la naturaleza de la relación incluye (emociones fuertes, compañía) y sin quejarme por lo que no incluye (prioridad, fidelidad, legitimidad), entonces es una opción válida para mí. Si no, entonces he de buscar otra opción.