La base de las relaciones humanas es la comunicación. A comunicarnos vamos aprendiendo en el camino. Sin embargo, no todo lo que aprendemos nos ayuda a tener relaciones humanas armoniosas.
Uno de los aprendizajes más importantes es la administración de la sinceridad. Cómo sale de nuestra boca, en que momento y delante de quien es demasiadas veces motivo de conflictos en nuestras relaciones humanas. Esto pareciera contradictorio, ya que nos enseñan que la sinceridad es un valor moral. Y lo es, pero siempre y cuando sea bien entendida. Para evitar algunos malentendidos, hay que tomar en cuenta que:
- La verdad no existe: para que algo sea verdad, el 100% de las personas del mundo tienen que estar de acuerdo. Esto nunca es así. Pregúntele a 10 personas el exacto tono de rojo que tiene sus uñas/carro/casa y verá que los que unos ven como rojo sangre, para otros es rojo vino. Multiplique eso por los siete mil millones de ciudadanos del planeta y se da una idea de la cantidad de puntos de vista que existen con respecto a TODO.
- La verdad no puede pasar por encima de los sentimientos de nadie: se puede decir (casi) cualquier cosa siempre y cuando yo cuide que nada de lo que yo diga haga sentir mal a la otra persona. Si a pesar que yo tuve cuidado, la persona se siente mal, eso ya es problema de la otra persona.
Hay pocas relaciones más cercanas que las relaciones de pareja. Por tanto, es una de las instancias donde más urge aprender a administrar lo que sale de nuestra boca. Algunas cosas a evitar son:
- Hablar acerca de tu pasado sexual: primero, eso es tu vida privada, a nadie tiene que importarle. Segundo, tiene el potencial de poder llenar tu relación de fantasmas. Cuando se abre esa puerta, la curiosidad puede vencer al sentido común y generar preguntas que no vienen al caso. Cada quien tiene su pasado y en el pasado ha de quedar.
- Confesar una infidelidad para dejar de sentirme mal: La infidelidad es un acto supremamente egoísta. Hago lo que me da la gana para satisfacer mis deseos sin pensar verdaderamente en las repercusiones que esto pueda tener en la vida de otros. Pero es todavía más egoísta si yo voy a “confesarle” una infidelidad a mi pareja para quitarme cualquier sensación desagradable que tenga (culpa, incomodidad por la doble vida, etc) sin pensar en ningún momento las repercusiones que eso pueda tener en la otra persona. Si yo hice algo incorrecto y me siento culpable, es correcto que lidie yo solo con esa situación que yo mismo he creado. Lo que es doblemente incorrecto es hacer algo incorrecto e ir a descargar mis culpas en la otra persona. Yo me voy a dejar de sentir culpable, pero ¿cómo se va a sentir la otra persona? Esto especialmente en el caso de algún encuentro aislado y potencialmente sin consecuencias.
- Dar su opinión cuando nadie te la ha pedido: ésta mala costumbre impide que la otra persona logre sentirse escuchada y apoyada por nosotros. A veces la gente necesita una segunda opinión y en tal caso debe pedirla activamente.
- Cuestionar: Que se diferencia del preguntar en la intensión que trae. El cuestionamiento ya trae implícita una respuesta. La pregunta está verdaderamente abierta a escuchar lo que diga la otra persona.
- Hacer una pregunta cuando no estoy preparado para oír la respuesta: esa es una pregunta que mejor no hago, por responsabilidad personal.
Si logramos evitar estos errores de comunicación, sin caer en el otro extremo (hipocresía, mentira descarada, silencio malintencionado) podremos mejorar mucho nuestras relaciones humanas y de pareja.
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7 respuestas a «La sinceridad mal entendida»
No es recomendable afirmar tajantemente que «la verdad no existe». Si relativizamos las verdades o certezas que no son dogmas humanos u opiniones espontaneas, muchos valores y conceptos como la fe, la fidelidad, la lealtad, la obediencia, la perseverancia, la esperanza y el amor, por citar algunos, serian vacuos y estariamos irremediablemente perdidos, comodamente diciendo «nada es verdad o es mentira, depende del cristal con que se mira» o «cada loco con su tema», justificando con ello el caer en actitudes autodestructivas (narcisismo, hedonismo, personalismo, egoismo, anarquismo, etc.) que solo nos envilecerian mas como especie, como personas.
Hacer comparaciones entre diferentes personas con relación a tu pareja igualmente es incorrecto e injusto. Con ello podemos herir la sensibilidad de nuestra pareja y crear resentimientos graves por mucho que creamos que tenemos la razón. Excelente artículo Dra. Salgado, la felicito por sus enfoques y consejos. Saludos.
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Que tenga buena tarde y gracias por su comentario.
Muchas gracias por su comentario. Válido tomarlo en cuenta.
Eso es mala Sinceridad, hay mucha gente q se escuda en la «sinceridad» para criticar con mala intencion, herir, maltratar y faltar al respeto a las personas, eso no es sinceridad, eso tiene otro nombre. La verdadera Sinceridad es opinar o criticar constructivamente, hacerlo con prudencia y conscientes d q el proposito es ayudar a mejorar
Hola, quisiera comentar respecto a lo que se comenta en el artículo referente a que es conveniente no mencionar una infidelidad cuando solo tratamos de drenar nuestra culpa (cuando los hechos no tienen mucha «relevancia» y solo estoy prafraseando), yo pienso que esto no es negativo si lo miramos desde la óptica de que es justo para la pareja tener en cuenta quienes somos plenamente, creo para estar en una pareja es necesario mostrarnos tal cual somos, pues de esa manera la persona con la que estamos puede valorar con toda claridad y veracidad si merece la pena permanecer al lado de esa persona que aunque cometió un error prefirió ser sincero. Yo creo que la sinceridad es siempre lo mejor, por supuesto, la sinceridad constructiva y respetuosa de los sentimientos del otro. Excelente articulo, así como muchos otros que he tenido la fortuna de leer también en esta pagina 🙂 muchísimas gracias por tan excelente material y que sus éxitos sigan aumentando.
Muchas gracias por su comentario 🙂
Qué gusto que le guste mi trabajo.