Algunas personas, especialmente cuando están atravesando alguna crisis emocional, les da por andar contando sus tragedias a todo el mundo. Esto no es exageración, especialmente porque en estos tiempos, con el acceso a Facebook y Twitter, de verdad es a todo el mundo al que le contás tus penas. Esto es incorrecto.
Cada vez que encaro a un paciente con este error, tiende a negarlo. Es decir, el imprudente tiende a no darse cuenta de que lo es, sencillamente porque es una tendencia personal.
Las tendencias personales (a engordar, a mentir, a la infidelidad, a enojarse, a hacerse la víctima, al chisme, etc.) dejadas libres, se salen de control y se vuelven insaciables e ilimitadas y nos hacen perder la perspectiva. Por eso el imprudente no se da cuenta que lo es por sí sólo.
Especialmente incorrecto es andar contando a personas ajenas a la relación, los problemas de pareja.
Es un error contarlo a los amigos porque los amigos comparten nuestras maneras de pensar, y por tanto, en la mayoría de los asuntos nos darán la razón. Contarlo a la familia es todavía peor porque estás dañando la relación de tu pareja con tu familia y puede que la relación entre Uds. vaya y venga, se peleen y se reconcilien, pero tu familia eventualmente lo resentirá porque perciben que te hace sufrir. Contarlo a compañeros de trabajo da una imagen poco profesional y ni hablar de contarlo a desconocidos o andar publicando tus desgracias en Facebook o en Twitter. En estos casos sólo te estás exponiendo al chisme malintencionado de otros y a opiniones que no te aportan nada. Cualquiera puede aconsejarte que dejés a tu pareja por cualquier razón, sencillamente porque no es ni su vida ni su dolor.
Y entonces, ¿con quien hablarlo? Pues con tu pareja, que es la única interesada en el asunto. Si no pueden hablar, entonces busquen ayuda profesional.