Todos los códigos sociales, morales, legales y religiosos que regulan la relación de los seres humanos unos con los otros incluyen el concepto de perdón. Desde el inicio de los tiempos los seres humanos nos dimos cuenta que la convivencia en grupo requería de una manera de lidiar con las cosas no agradables que hacemos que afectan a otros. Es importante reconocer que TODOS realizamos acciones (mentales, verbales o físicas) y que TODAS y cada una de éstas acciones que afectan en mayor o menor grado a otros. Es la naturaleza de la vida en comunidad.
El perdonar es un aprendizaje, no nos sale natural. Lo que nos sale natural es resentirnos, enojarnos, desear vengarnos, sentirnos insultados, decepcionados, humillados o victimizados , el vivir en el pasado, el condenar, querer castigar, el miedo a que se repitan las situaciones, pero no el perdón verdadero.
El perdonar de corazón nos es difícil porque lo que nos enseñan con respecto al perdón es, aunque común, incorrecto. Nos enseñan que:
- Yo no tengo que pedir perdón: Estamos claros de lo que los demás nos hacen que es incorrecto y somos hipercríticos e implacables al respecto pero a nosotros mismos tendemos a justificarnos. No nos preguntamos ¿porque no tengo que pedir perdón? A veces necesito pedir perdón porque todos hemos hecho cosas feas a otros.
- Porque voy a perdonar si no me han pedido perdón: El perdonar nos hace más bien a nosotros que a los demás, es la única manera de tener paz mental. Si esto es así, entonces ¿por qué estoy esperando que alguien me regrese mi bienestar?
- Perdono pero no olvido: El principal requisito de un perdón que es verdadero es que el recuerdo del evento que me hizo sentir mal, está libre de un valor emocional (Lo que paso, pasó y quien lo hizo, hizo). El olvido aparece cuando he integrado el evento y ya está desprovisto de emoción y por tanto ya no viene a mi mente porque es la emoción la que sostiene el recuerdo (de aquí la palabra resentimiento, que viene de re-sentir, es decir, sentir una y otra vez)
- No puedo perdonar o no tengo que perdonar a nadie: Es importante la honestidad de reconocer que todos tenemos estados mentales que nos mantienen en el no perdón.
Todos tenemos ideas diferentes acerca del perdón y estas ideas están acompañadas de sentimientos que están muy arraigados dentro de nuestra mente. Muchas de estas ideas hacen difícil nuestra relación con el perdón verdadero. Lo que hacemos la mayoría de las veces, es perdonar de pensamiento.
El perdón de pensamiento tiene las siguientes características:
- Es solo la represión de nuestro rencor. Pero el deseo de venganza queda y por eso disfruto cuando logro vengarme o cuando le pasa algo malo a mi ofensor.
- Esperamos que la persona no lo vuelva a hacer o que cambie.
- Me mantiene siempre en el lugar de la víctima.
- No acepto ninguna responsabilidad del hecho, por tanto son los otros los que tiene que hacer cosas.
- El rencor no concluye, está siempre en lo mismo, convertido en resentimiento.
En cambio, el perdón de corazón, el verdadero tiene como características:
- Incluye aceptar que los eventos que suceden, han sucedido y no los puedo cambiar y que quien ha hecho, hizo y no lo puedo impedir.
- Implica revisar la responsabilidad que yo tengo sobre los eventos que han. Esta es de las partes más duras porque lo primero que surge en todos es la sensación de “yo no me merezco”.
- Necesito conectarme con el beneficio que me trae soltar los pensamientos e ideas que tengo acerca del evento, para poder mirarlo desde otra óptica y cambiar los sentimientos asociados al evento.
- Se da cuando íntegro en mi vida lecciones que nos deja esa experiencia. Este aprendizaje ha de ser de nosotros mismos, no de los demás, ¿Qué aprendo de mí en esta situación?
- Nos ayuda a amar. En una mente llena de odio no tiene cabida el amor.
- Empieza con una decisión individual y un ejercicio continuo. Es un proceso de sanación de nuestra mente.
Solo si logro perdonar de corazón, puedo crecer, estar en el presente, experimentar paz, andar más ligero por la vida, sin aferrarme tanto a mis puntos de vista, al pasado.
Una respuesta a «La importancia de aprender a perdonar»
Me pareció muy interesante y eso es verdad,no sabemos perdonar de corazón.