Las desilusiones vienen de las propias expectativas. Es decir, nos creamos una expectativa, a veces incluso sin ninguna base, y cuando no se cumple, nos sentimos decepcionados.
La culpa de ésta decepción, que generalmente causa mucho dolor, tendemos a echársela a la otra persona, la que “nos decepcionó” cuando fuimos nosotros solitos los que nos armamos la expectativa en la cabeza.
Dentro de las relaciones de pareja, las desilusiones más comunes incluyen:
- Prometió que iba a cambiar y sigue siendo el mismo: Cuando las actitudes o acciones de nuestra pareja nos hacen sufrir, empezamos a insistir en que la persona cambie. Es entonces cuando sacamos el arsenal de gritos, acusaciones, manipulaciones, amenazas y demás para que la persona cambie.
Ante éste escenario, la otra persona, eventualmente, cede y promete cambiar y (obviamente) no cambia y es entonces que nos sentimos decepcionados. No estoy diciendo que la
gente no pueda cambiar, sólo digo que ese cambio tiene que ser resultado de un proceso personal de crecimiento, no de ninguna exigencia externa.
- Es igual a los demás: algunas veces es más obvia que otras, pero tendemos a escoger parejas siguiendo un patrón establecido. No es casualidad que todos nos salgan iguales. Lo que es verdaderamente irresponsable es no querer ver que algo tiene que estar pasando en MI para que yo sólo me sienta atraída hacia personas poco saludables y que personas poco saludables se sientan atraídas por mí.
No digo que uno no pueda tener expectativas, todos las tenemos, es naturaleza humana. Pero sí es importante revisar las expectativas que ponemos en la gente y en las circunstancias. Una buena regla de oro es que si no hacemos o pasa nada distinto, hay que esperar el mismo resultado de siempre.
Una respuesta a «¿Por qué me desilusionó?»
[…] tenés una pareja que no puede darte una penetración lo duradera que vos querés, esperás o sentís que necesitás. Lo primero es internalizar esto y dejar de esperar que las relaciones […]