Cuando iniciás una relación de pareja pasás por el proceso de “dejar el nido”. Este proceso suele ser traumático para todos, más aún si venís de una familia muy unida. En estos casos, existe la tendencia de mezclar ambas familias (tu familia de origen y tu nueva familia, la conformada por tu pareja y vos) al punto de causar problemas. Por una parte, la familia tiende a querer involucrarse en las decisiones de la pareja. Por el otro, a los hijos les puede ser difícil desligarse de esa unidad familiar y con algunas actitudes los invita a entrometerse en asuntos propios de la relación de pareja. Aquí, las actitudes más comunes que debés evitar si querés ganarte la saludable independencia que tu relación necesita para crecer saludable:
- Ir a refugiarte en tu familia ante la menor dificultad con tu pareja: Acordate que lo dicho durante un momento de enojo y olvidado durante la reconciliación, tu familia no lo olvidará. Si involucrás a tu familia en las discusiones que tenés con tu pareja, corrés el riesgo que ellos se creen una imagen negativa de él o ella que puede entorpecer las relaciones a futuro porque nadie quiere a una persona que solo hace sufrir a su ser querido.
Las discusiones, los problemas y la solución a los problemas les atañen exclusivamente a ustedes dos. Si sentís que no pueden entenderse, busca ayuda profesional, alguien neutral que los escuche y los ayude a encontrar soluciones.
- Pedir ayuda para todo: Si continuamente les pedís a tu familia consejos sobre decisiones que deberías tomar con tu pareja, les vivís pidiendo favores de todo tipo, les pedís prestado cosas o dinero frecuentemente, corrés el riesgo que tu familia se sienta invitada a “meterse” en todo y no sólo en lo que expresamente le pedís que intervenga.
Hay que pagar el precio de la independencia. Arréglenselas como puedan, resuelvan sus propios problemas, tomen sus propias decisiones aunque eso implique cometer sus propios errores y sobrellevar sus propias dificultades. De esta manera, ustedes van a tener todo el derecho de restringir el involucramiento de cualquier persona en las decisiones que tomen como pareja.
Esto no quiere decir que la eventual solidaridad familiar sea nociva, sólo cuando se vuelve una costumbre, lo suficientemente frecuente para tener consecuencias negativas en la independencia ustedes como pareja.
Algunas personas se sienten incapacitadas para cortar estos lazos familiares, controlar estas conductas y poner límites a su familia, ya sea por comodidad, amor, costumbre o mandato familiar. Si sentís que este es tu caso, busca ayuda profesional.
3 respuestas a «Cortando lazos familiares por el bien de todos»
Muy bueno este escrito, me paso algo muy parecido con mi pareja el no estaba decidido a dejar a su familia y pues ni modo, tuvimos que terminar, ya que el no buscaba hacer una familia independiente con migo si no que yo formara parte de su familia. No se quiso desligar de su mama ella siempre decidia por el. Que le parece?
Hola Xenia,
Me parece que todos esperamos como vos decís formar una familia independiente con nuestra pareja e ir construyendola juntos. Si tu pareja tiene como proioridad a su familia y la primera mujer de su vida es su mama…pues me parece que vos no tenés cabida ahi. Lo mejor es terminar sanamente, respetando los deseos de cada quien.
Sí, por supuesto, soltar lo que no es nuestro y vivir nuestras propias experiencias, es un acto muy amoroso y sanador, ayuda mucho también con la paternidad y maternidad, pues con los hijos(as) hay menos probabilidades de dejarles expectativas que no les corresponden cumplir. La psicoterapia es un excelente recurso para trabajar con ello.
http://www.ayudapsicologicacognitivoconductual.com/